sábado, 13 de marzo de 2010

MI REINA FELIZ




Esta reina tan feliz es mi madre. Es reina del Centro de Mayores del barrio, antaño huertano, de La Flota, ahora reconvertido en zona residencial y, desmerecido de aquella naturalidad tan tradicional de la que gozaba. Mi madre, como reina postrera de aquellos momentos, representaba esa noche, sin pretenderlo al menbrillero, al huerto de habas, a la acequía,-por la que se colaban las anguilas y croaban las ranas-, a las caverneras, a las pavas, e incluso al ahora ruinoso limonero, que perfumaba con sus flores de azahar todo el conjunto.
Mi madre encarnaba a la perfección la inocencia de esa época tan dura y con tantas sombras.
Quizás la risa nerviosa que exhibió toda la noche, en el certamen que acabaría nombrando a otra como reina de reinas de los Centros de Mayores del Municipio de Murcia, fuera fruto de su incredulidad. Verse por primera vez en su vida, a sus más de 66 años, como el centro de atención de algo, después de haberse limitado toda su vida a trabajar y a sufrir, pareció superarla. Con esa risa y esa boca abierta llena de dientes, alguno de ellos de falsete, pretendía decir tan solo gracias a todos, a los presentes y a los ausentes, porque como buena católica creyente, siempre ha tendido a perdonar, incluso a aquellos, que desde que La Flota era huerta la han estado jodiendo.
¡Te quiero mamá!
El Excmo.Sr.Alcalde de Murcia, la hizo muy feliz esa noche ¡vaya que sí!

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