sábado, 22 de mayo de 2010

Tras cuernos,¡Palos!











Por las calles del casco antiguo de Quito en Ecuador nos podemos tropezar con cualquier cosa. Evidentemente la gente va buscando la extraordinaria arquitectura colonial, sus casas señoriales, sus iglesias, sus calles empinadas y adoquinadas, pero a mi lo que más que atrae como siempre, son sus gentes, sus ancianos y sus niños.




Hoy he tomado algunas fotos bonitas de verdad, en las que he intentado capturar la sensibilidad del instante y secuestrarlo para siempre en un archivo.




He llorado al darle cinco miserables dólares a una mujer que no tenía ni brazos ni piernas, a la que daba de comer una niña preciosa con un pelo negro larguísimo, algo parecido a un caldo de pollo con una cucharita de plástico. Al depositarle el billete en el cajón, que servía a la par, como mesa comensal y para mostrar las cajitas de chicles que vendían, la pequeña no ha podido contener su asombro y ha exclamado: ¡Te ha dado cinco dolares el señor! a lo que la señora sin extremidades, abrazandome con sus ojos me ha dicho: ¡Muchisimas gracias señor!¡Que Dios se lo pague!.




Más a delante un par de hermanitos negritos, miraban con devoción un escaparate de juguetes, al darse cuenta de que iba a tomarles una foto, no han tenido reparo alguno en posar para mí con alegría.




Después de tomarles la foto el más chiquitín me ha dicho: ¿Me la dejas ver?, y tras verla ha exclamado de forma cantarina: ¡Qúe linda!




Unas cuadras más adelantito, un señor tocaba una guitarra muy colorida y una señora leía un diario con mucha atención, fijense en el titular...




Como colofón una artista callejero ofrecía una sensacional representacion ante unos entregados espectadores.




Otra vez toda esta gente humilde, me ha hecho sentir un hombre muy afortunado.

1 comentario:

  1. ¿El mimo a quién lloraba? ¿La señorita con el periódico qué leía? ¿el joven con la guitarra qué tocaba? ¿Qué juguete soñaron los nanos? ¡Muy bonitas capturas!

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