viernes, 11 de febrero de 2011

Un año de blog




Hoy se cumple un año desde que decidiera poner en marcha este diario de idas y de vueltas. No me he puesto, tan siquiera, ¡para qué!, a contar los kilómetros que he recorrido para llegar hasta aquí. Han sido muchos, pero todos ellos me han servido para acrecentar mi ciudadanía planetaria. Soy de ningún sitio y soy de todos. Me he dado cuenta que las banderas están hechas de una tela ideal para limpiarse el culo, que hay gente maravillosa allí donde voy, y que no soy nada más que un ocupante insignificante de una butaca en un avión, una cama de un hotel, y un cabrón que intenta vender sus sueños y sus necesidades allí donde se asoma.


He descubierto también que puedo trabajar desde -25º hasta 48º, una franja de temperaturas enorme que demuestran la fortaleza de nuestro pequeño cuerpo.


Viajando por el mundo he comido de todo y bebido de todo, cosa que me viene fatal para mi colon irritable. Pero lo voy llevando bien, siempre teniendo a mano antidiarreicos y toallitas húmedas por lo que pueda pasar.


Hoy escribo desde Helsinki. La habitación es la 565 del Hotel Gran Marina Scandic, que se encuentra frente al puerto al que llegan enormes cruceros donde la gente disfruta todo cuanto puede intentando no congelarse.


He tenido una visita de trabajo muy interesante en Espoo, gracias a la ayuda de Alfonso Ortíz Palma, un chico mexicano que se casa dentro de un mes con una finlandesa. El taxi nos ha llevado a través de unas autopistas congeladas, hasta las afueras de Helsinki, donde comienza la zona industrial de Espoo. Hemos pasado por delante de la gran factoría de Nokia y varias empresas más de alta tecnología, empresas modélicas ubicadas en un entorno que recuerda a una eterna Navidad.


Después de la visita hemos decidido regresarnos en tren. Mezclarme con la gente siempre es una experiencia acojonante. Me brinda la oportunidad de ver de cerca las caras, las sonrisas, las penas, la belleza, la diferencia, la ropa, los tonos de voz, los nervios. Mil detalles que no se aprecian tan fácilmente desde la ventanilla de un taxi.


Mientras esparábamos el tren (4€) me he fijado en esta pequeña estación. Una estación preciosa para un nuevo proyecto precioso. Me voy fantaseando hacia Helsinki pensando que, en esta ocasión, ¡lo voy a conseguir!.


Tuve que abrigarme mucho para aguantar, ahí pongo la prueba del delito.


Gracias a mis escasos y queridos lectores, casi 5.000 visitas en este blog en un año y catorce seguidores es todo lo que he conseguido.


Como decía un proverbio chino: ¿Bueno o malo? No lo sé.


GRACIAS AMIGOS.
Posdata: Sigo vendiendo mi último libro en la siguiente dirección:

2 comentarios:

  1. Un año jose en el que he sido un turista virtual que ha aprendido a caminar de la mano de un personaje que deja ver la belleza de ver la vida desde varios lugares del mundo un personaje que me debe aun un masato con almojabana ¡Felicitaciones jose!.

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  2. Animo. Ya sabes que aunque seamos pocos los seguidores, "semos" fieles. Un saludo allí donde te encuentres.

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