jueves, 24 de marzo de 2011

Provocación


Me he animado a subir hoy a mi blog este collage del año 2001. Por aquel entonces yo era diez años más joven. Tenía un poco más de pelo, pero mi forma de ser no ha cambiado demasiado. Sigo siendo igual de inconformista, igual de confiado e igual de provocador. Continúo soñando con ser artista, ser escritor, ser buena persona y ver cada amanecer un mundo mejor para todos. No sé si la realidad terminará asesinando al niño que llevo dentro, y esa muerte inocente dará paso en mí a un ser más duro, parcial e intransigente.
Aunque creo que no. Ya enterré antes parte de mis sueños. Enterré mi sueño de ser futbolista, enterré a mi yo forestal, enterré al ecologista que llevaba dentro. Enterré al padre en directo que fui y lo sustituí por una figura difusa de padre en diferido. Yo seré un tonto soñador hasta mi óbito. Me pido, si puede ser, para mi entierro final, una ceremonia civil, en donde se dé lectura a alguno de los pasajes más incomparables de León el Africano de Amin Maalouf, hasta este momento, mi libro de cabecera y después: que se vaya de juerga hasta el enterrador.
La vida la pasamos quemando etapas y quemando sueños. Tan sólo perdura en nosotros su recuerdo como una brisa pasajera, como un llanto a lo lejos de un niño que nos llena de nostalgia y de melancolía.
Diez años después no sé si sería capaz de realizar un collage como este, tan sencillo como provocador. Mi provocación se desenvuelve diez años después, a ritmo de paquidermo, con la apariencia de un león y con la sutileza de un colibrí.
Quemar etapas es, paradójimente, tan triste como maravilloso. Vivimos, con intermitencias, siendo tan pirómanos como bomberos, tan ángeles como demonios.
La suerte es que vivimos como niños subidos en un tiovivo.

2 comentarios:

  1. algo es muy cierto si tu niño interior no ha sucumbido al paso de los años es por que sera el resto de su vida un niño que se niega a crecer a ver esta vida con la dureza con la que la ven aquellos que dejaron morir su niño interior sigue asi mi jose

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  2. PROVOCAR (Del lat. provocāre).
    1. tr. Incitar, inducir a alguien a que ejecute algo.
    2. tr. Irritar o estimular a alguien con palabras u obras.
    3. tr. Intentar excitar el deseo sexual en alguien. U. t. c. intr.
    4. tr. Mover o incitar. Provocar a risa.
    5. tr. HACER QUE UNA COSA PRODUZCA OTRA COMO REACCIÓN O RESPUESTA A ELLA.

    ...!!

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