lunes, 11 de julio de 2011

El gran cumpleaños
















Había reservado la entrega doscientos de este blog para el cumpleaños de mi hija Yolanda, que ha cumplido la envidiable edad de dieciséis años.

Los dieciséis años son esa maravillosa edad donde uno no sabe muy bien si es aún niño o ya va siendo adulto. Es esa edad transitoria donde los amigos son más valiosos que los padres, donde todo te aburre menos estar con ellos, donde descubres la noche, donde te enamoras perdidamente como si se acabará el mundo mañana, y un listado infinito de sensaciones y realidades que sería muy largo y tedioso de describir, pero que todos los que hace algunos años -aunque sean muchos- que pasamos esa edad, recordamos perfectamente.

Como decía, mi hija, hasta este momento mi única hija, ha llegado a los dieciséis siendo la hija que cuando hablas de ella se te llena la boca de alegrías. A Yolanda en un fatídico sorteo, en el que no adquirió papeleta alguna, le tocó ser hija de padres separados, varapalo que le supuso la primera dificultad importante de la que yo me he sentido siempre responsable.

También he sido responsable, de las miles de horas que no he ejercido como padre, en las que estoy seguro que en muchas de ellas me habrá necesitado y no habrá contado con mi presencia, ni con mi apoyo, ni con mi consejo, ni con nada de lo que le debería haber aportado.

Soy por tanto un padre deficitario, un padre ausente, como me he descrito en algún escrito con anterioridad, pero un padre consciente de la grandísima hija que tiene, de su valía, de su responsabilidad y de todo lo que le ha aportado a su madre presente, y de cuya convivencia se ha tenido que nutrir, para contrarestar mi ausencia, en cierta medida injustificada.

Pero el pasado es pasado. Ahora el presente y el futuro es lo que verdaderamente debemos y tenemos que cambiar.

La fiesta de ayer, que celebramos en casa con un aguerrido número de amigos y amigas, más que una fiesta de cumpleaños al uso, fue toda una demostración de deportes acuáticos, comenzando por los saltos en todas sus modalidades, buceo, waterpolo y natación sincronizada, como se puede apreciar en la fotografía.

Entre baño y baño, nos comimos las pizzas, soplamos la tarta y cantamos el cumpleaños feliz.

Ellos lo pasaron genial. Yo me sentí enormemente orgulloso y afortunado.

¡Feliz cumpleaños Yolanda! ¡Qué cumplas más que Matusalén!

3 comentarios:

  1. AUNQUE YO NO HE TENIDO LA BENDICIÓN DE SER MADRE,QUIERO FELICITARTE POR LA FORMA TAN MARAVILLOSA QUE COMO PADRE TE EXPRESAS DE TU HIJA, LO QUE SUCEDIÓ EN EL PASADO, EN EL PASADO QUEDA,SI FUISTE BUENO MALO DEBEMOS DEJARLO ATRÁS LO QUE MAS IMPORTA ES EL FUTURO QUE COMO PADRE PUEDES APORTAR A TU HIJA, CUANDO SE PIERDE A UN PADRE ES UN DOLOR QUE NO SE PUEDE EXPRESAR CON PALABRAS; EN TU CASO ESTAS AHÍ PARA QUE TU HIJA (YOLANDA) PUEDA ACUDIR A TI CUANDO MAS LO NECESITE,Y ES CUANDO TU COMO PADRE Y AMIGO ESTARÁS PARA ESCUCHARLA PARA ACONSEJARLA Y DARLE TODO EL AMOR QUE TIENES GUARDADO PARA ELLA. TE DESEO TODO EL ÉXITO Y LA FELICIDAD EN EL FUTURO.
    PARA TU HIJA YOLANDA:
    ES LA ETAPA MAS MARAVILLOSA QUE LE PUEDE SUCEDER A UNA MUJER,ILUSIONES, DESEOS SUEÑOS Y DESEOS QUE SE PUEDEN LOGRAR.
    FELICIDADES!!!! Y MUCHAS BENDICIONES.

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  2. HOLA AMIGO DESPUES DE TIEMPO, MUCHAS FELICIDADES POR TU LINDA HIJA, TRATA DE DISFRUTARLA LO MAS Q PUEDAS PQ CRECEN Y SE VAN PERO ESTA EPOCA ES UNA BELLA EPOCA PARA HACERTE MAS Q SU PADRE SU AMIGO, ADEMAS ELLOS NO NECESITAN Q ESTEMOS TRAS DE ELLOS NECESITAN Q LES BRINDEMOS TIEMPO DE CALIDAD AUNQ SEAN POCO MINUTOS PERO Q SEAN DE ELLOS Y PARA ELLOS, ES UN POCO COMPLICADO, PERO TRATA DE SER MAS AMIGO, UN ABRAZOTE Y MUCHAS FELICIDADES PARA ELLA.

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  3. Bien jose en hora buena por tu hija, pero dejame decirte que tan solo han trasncurrido 16 años aun tienes muchos mas para ver a tu hija convertirse como su padre, en alguien con talento y en una gran mujer.

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