jueves, 11 de octubre de 2012

Lección de sexo tántrico



- Hola Juana ¿Cómo estás? ¿Vengo bien vestido para la ocasión?
- Demasiado bien, cada día me gustas más con ese mono de fontanero -dijo Juana, con una extraña  sonrisa que le impedía cerrar la boca.
- ¿Este es mi café? -preguntó él.
- Sí guapo, lo pedí mientras te esperaba. ¿Qué lección me has preparado hoy?
- ¡Chica, cuánta prisa! Hoy te enseñaré todo lo que necesitas saber sobre el sexo tántrico. ¿Te parece bien?
- Sí Paco, el tema me parece muy interesante, pero, habla más bajito, esa mujer de la  mesa de al lado parece que tiene el oído fino. ¿Qué es eso del sexo tántrico? ¿Dónde aprenderás todas esas cosas? Por cierto: ¿Llevas algo debajo de ese uniforme? -le dijo su amiga Juana.
- ¿Ah!? Piensa lo que quieras. El sexo tántrico lo aprendí en Tailandia; es una forma oriental de disfrutar del sexo. Diferente, pausada, pero más placentera. Le respondió.
- Bueno Paco, pues cuéntame, hoy estoy loca por aprender.
- Querida amiga en materia de sexo tengo mucho, pero mucho, que contarte. ¿Realmente te gustaría conocer el sexo tántrico?
- Pues claro Paco, tengo verdadero interés. En principio en conocer, luego no sé si querré probar, pero, nunca se sabe... tú sabes que yo para eso soy muy especial.
- Bueno Juana intentaré explicártelo. Cómo te diría yo... Deja que primero acabe mi café.
  Lo primero que debes saber es que es un concepto muy distinto a la forma occidental. El fin máximo es conseguir que el sexo sea sublime. Algo en lo que disfruten todos los sentidos. En la forma occidental, normalmente, el sexo es  algo meramente genital, algo burdo y monótono. El sexo tántrico, por el contrario, es algo místico, mágico, y misterioso. ¿Sigo o paro? Pareces algo despistada. ¿En qué piensas?.
- Es que no me estás diciendo nada con eso. Yo pensaba que me ibas a decir cómo se hace y eso, ¿Tú me entiendes, no? -le reclamó su amiga.
- Juana, hija mía, cuánta ansiedad, por Dios.  Te estoy hablando sobre la filosofía... ¿De momento no ves nada diferente a cómo lo vemos nosotros?
-  Más o menos...
- Sigo entonces. En primer lugar en el sexo tántrico no existe límite de tiempo. Se necesita mucho, mucho, tiempo. Ahí no vale el rapidín de detrás de la puerta. Eso caca. Para ponerse, hay que tener presentes dos cosas fundamentales: tener ganas y tener tiempo. Ganas y Tiempo, a ser posible mucho de los dos. ¿Me estás siguiendo, bonita?
- Sí Paco, te escucho, continúa por favor.
- Lo segundo importante es tener pareja. Si no hay pareja no se puede. Lo tercero es tener una pareja que te guste. Que te atraiga mucho. No sirve uno que pasaba por ahí, eso descartado.  Cualquiera no sirve. Lo cuarto imprescindible, Juana, es que tampoco sirve cualquier lugar. Preferiblemente, el sexo tántrico se práctica en una habitación sin cama, sobre un suelo tipo tatami, o en su defecto sobre unas colchonetas duras o unas alfombras persas, bueno... persa o alguna similar. Si se nos complica mucho la cosa, como último recurso podríamos utilizar una cama matrimonial muy grande, tipo King size, pero con un colchón duro. No sirve una cama blandita, en la que tu pareja se hunde y no la ves. Si se hunde la descartamos. No sirve.
- Entiendo Paco, ¿Qué más?
- Juana, las prisas no combinan bien con lo tántrico, ¿entiendes? Continúo, pero no interrumpas, por favor. Lo siguiente es preparar las velas perfumadas por todo el perímetro de la cama o tatami, lo suficientemente retiradas como para que no salgamos ardiendo, y en lugar de hacer el amor hagamos pollo rustido.
Llegados a ese punto, ella sufrió un ataque de risa: ja ja ja!!
- Amor bien, muy bien. Fuego, ¡danger!, mal rollo: ¿Entiendes?
- Si, no soy tan tonta como crees, ¡Continúa por favor! Replicó Juana enérgicamente.
- Como te decía: esas velas perfumadas serán la única iluminación. Todo lo demás permanecerá en penumbra. Deberán ser velas con perfumes florales, nunca frutales, porque estas pueden dar ganas de comer y eso sería, en todo caso, después de hacer el amor ¡no durante! Comer durante está prohibido, eso sería sexo romano, que va en otra lección, hoy estamos en el sexo tántrico. ¿Queda claro?
- Claro Paco, el sexo romano lo dejamos para la semana próxima, continúa con el tántrico que me tienes intrigada.
- Ok, pues sigo. El siguiente paso sería la aplicación de los aceites esenciales. Utilizaremos un aceite de aguacate o de azahar. Primero la dama, con su varón debajo, masajeará todo el cuerpo de su amante.
- ¡Guao! Eso es lo que yo quiero, exclamó Juana.
- Hay que hacerlo por los dos lados, prosiguió Paco, hay despistadas que se les olvida darles la vuelta, y los muy tontos, por no preguntar, se asfixian boca abajo.
- Jajaja! No me digas, eres un cachondo.
- Juana, escucha, durante ese masaje es ideal no tocar mucho la trompetita del músico, tan sólo rozarla, como diciendo: ¡perdone, yo tan sólo pasaba por aquí, no me di cuenta!  O así. ¿Entendiste? De tocar mucho la trompeta, aún nada.
- Claro, rozando con disimulo. Perfecto, continúa Paco.
- El siguiente paso es cambiar. Ahora el galán masajea y aplica los aceites a la dama. Utilizando la misma técnica. Con precaución de no tocar mucho seno, ni mucho tesorito. El tesorito lo dejamos para más adelante, hay que saber aguantarse.  Después, Juana, vuelve al suelo el hombre. Llegados a este punto, yo he introducido una ligera innovación respecto a la ortodoxia purista del tantra. En lugar de dos tazas de té, los amantes sentados sobre sus piernas cruzadas, se dan de beber dos copas de Cava, el uno al otro. Queda prohibido en este momento tan trascendental contar chistes, y más aún si son malos. Ahora que lo pienso Juana, olvide decirte que cuando se encienden las velas hay que poner una música  zen, como la que ponen en las consultas del psicólogo, ¿has entendido?
- Perfectamente, Paco, entiendo lo de la música. La música amansa a las fieras. Prosigue, por favor..
- Por Buda, o por la gloria de mi madre, me había olvidado de la música oriental, pero sigamos con el siguiente paso, este es muy importante. Con el amante de nuevo tumbado bocabajo comenzamos a hacerle la llamada  "tortura de la pluma del pavo real"
- ¿Cuál es esa Paco?
- La tortura de la pluma del pavo real se realiza pasando con mucha calma y suavidad la plumita de esa ave por toda la anatomía de nuestro amante. En esta fase ya nos centraremos más en las partes erógenas, senos, tesorito y nalgas en las damas y trompeta, pezoncillos y puerta de atrás en los varones. Si no tuviéramos a mano una pluma de pavo real podríamos sustituirla por una de gallo de corral o de pelea, nunca de gallina o de paloma, menos aún de palomo cojo, esto podría provocar pérdida en la intensidad de la relación. Obviamente. Hay que hacer las pasadas con mucha sutileza, aquí manda la sutileza, nunca lo olvides Juana.
- Todo esto es un poco lento ¿No te parece Paco?
- Juana, tu siempre con las prisas, así nunca aprenderás nada nuevo.
- Bueno sigue no te enfades, pero es que no avanzamos.
- El siguiente punto es el la postura opuesta. Aquí vamos más al grano. Bueno grano, grano, lo que se dice grano, el vuestro, el nuestro suele estar ya un poco más abultado que un grano, o debería estarlo. Los dos se tumban boca arriba, con la cabeza a la altura de los pies del otro, (ojalá y que vayan bien aseados). Se ha de procurar que desde esa posición las manos de ambos lleguen sin esfuerzo al sexo de su pareja. O sea, simplificando,  la mano del varón acariciará el tesorito de su dama y la dama masajeará la trompeta del gachó, que ya debería estar más dura que el cemento. Juana, si llegados a este punto la trompeta no estuviera en disposición de entonar un do mayor, tendríamos un problema importante. Si esta en forma, adelante, todo va genial. Si no estuviera, caca.
- ¿Sólo eso Paco?
- No amiga mía, calma. No sé si tú sirves para el sexo tántrico con tantas prisas. En esa acción de acariciar, trompeta y tesorito, nos llevaremos mucho tiempo, no hay prisa, disfrutaremos del ambiente, de la música, de la penumbra, de las sensaciones, del momento. Prolongaremos las caricias el mayor tiempo posible. Las caricias serán sutiles, no definitivas, no buscando nada.  Solo acariciar, sin forzar, suave, despacio, relajados…  Después Juana, cambiaremos las manos por las bocas. Nuestras bocas, nuestros labios, nuestra lengua, acariciaran trompeta y tesorillo con delicadeza, con dulzura, con pasión. Poco a poco iremos dotando de más intensidad a nuestras intenciones. Iremos  subiendo peldaños en la escalera hacia el placer. Hacia el mayor éxtasis que hayas experimentado nunca. Se me olvidaba de nuevo Juana, antes de comenzar la parte oral del juego, podríamos tomar otra copita de cava, eso nos hará sentir todavía mejor.
- Paco, todo eso me suena genial, casi consigo visualizarlo. Me estoy sintiendo muy ansiosa. Estoy algo excitada... ¿Queda aún mucha teoría?
- Ya queda poco Juana. La lección de hoy está llegando a su fin. La última parte es la más importante de todas. En ella o alcanzamos el éxito o el fracaso. Por tanto, presta mucha atención. En esa misma posición, de espaldas a él, te subirás y te acoplaras muy bien en su trompetita. Una vez con el instrumento bien acopladito, comenzarás un ligero vaivén, como una rama movida por el viento. El movimiento lo acompañaras de un sube y baja acompasado, suave, rítmico. Sin brusquedades, rítmico y parsimonioso.
- Paco, eso suena genial. Mi ritmo cardiaco se ha disparado. Me siento muy húmeda. No sé si aguantaré a que acabes la lección. Mejor lo dejamos aquí. ¿Trajiste el cartelito de averiado?
- Si Juana, sabes perfectamente que siempre lo traigo. Me da temor a que nos vuelvan a echar de otro local. La última vez fue una movida tremenda, casi acabamos en comisaría.
- Paco, nunca he tenido un profesor de sexo más miedoso que tú.
- Juana, ¡Por el amor de Dios! Es que a ti te gustan unas cosas un poco raritas. ¿No podríamos follar como todas las parejas en sitios normales?
- ¿Normales? ¡Anda y no digas tonterías! ¡Lo único que yo voy a tener normal en mi vida será mi caja de muerto! ¡Lo demás lo voy a disfrutar como a mí me de la gana! Ve al aseo de señoras, ahora que hay mucha gente nadie se dará cuenta.  Abre la puerta, coloca el cartelito de averiado y espérame dentro.
- ¡Joder Juana, seguro que nos volverán a pillar!
- Ve al aseo, que ya verás lo que vas a pillar, ¡So pánfilo! Por cierto, Paco, cuando termine salgo yo primero y me largo. La semana que viene, si todo sale bien,  te espero a la misma hora.
- Vale Juana, pero sólo una última cosa. La semana que viene, en lugar de un café solo, pídemelo con leche, que aquí hacen el café muy amargo.
-¡Qué delicado eres Paco!

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