sábado, 17 de noviembre de 2012

Palabras de domingo


Cuánto me gustaría poder acariciar a las palabras. Me encantaría mimarlas como a un niño de teta y mecerlas hasta dejarlas dormidas en una relajación temporal que para mí quisiera. Les debo ese trato por puro agradecimiento -es de bien nacido ser agradecido- y yo agradezco todo lo que las infinitas palabras hacen por mí. ¿Qué sería yo sin ellas? Sin las palabras, o las palabritas, o las palabrotas, o las palabrejas... ¡bonitos palabros!.
Llevo años buscando en ellas las respuestas a mi existencia, a mis posturas e imposturas, a mi lógica y a mi locura, como un arqueólogo en busca de no sé qué. 
El otro día mi amiga Libertad, una señora de León (Guanajuato) que tiene mucha ciencia, me regaló una expresión que valoré diez veces más que si me hubiera regalado una réplica de sus famosas momias o un bote de chiles jalapeños en adobo.
Yo, tan erudito de supermercado como de costumbre, le mostraba uno de mis cursos de motivación con el mismo orgullo que un niño muestra a su padre el dibujo que acaba de pintar. 
Al finalizar mi exposición, ella me reclamó:
-¿Podríamos volver a la primera página? -escribiste una palabra de domingo que no alcanzo a comprender.
-¿Cómo dijiste, Libertad, palabra de qué? -le pregunté al intuir el significado de tan prodigiosa frase.
-¡De domingo! palabra de domingo -me repitió ella con naturalidad. Así decimos en México cuando alguien habla con palabras rebuscadas que, en ocasiones, ni él mismo entiende -matizó la del Bajío.
Sin poder remediarlo, mi mente viajó hasta mi infancia en la que mi abuela Mercedes, todos los domingos por la mañana, me bañaba, me perfumaba y me repeinaba. Después yo bajaba a la calle orgulloso y limpito, vestido de domingo y me ponía a dibujar en el portal.
Desde entonces sigo enamorado de esa dominguera expresión que me acarició el oído. 
Les doy mi palabra de honor. ¿Palabra de honor?...

2 comentarios:

  1. Las palabras nunca se las lleva el viento,
    se vuelven recuerdo, canción, poema,
    proverbio, refrán, dicho, piropo, hechizo,
    sentencia, chiste, título, acta, epígrafe,
    conclusión, máxima, eslogan,
    anuncio, promesa, fórmula, bitácora,
    letrero, nombre, marca, decreto,
    postdata, saludo, cuento, súplica, rezo,
    estribillo, augurio, abracadabra,
    conjuro, argumento, disculpa, explicación,
    confesión, teorema, tesis, contrato,
    itinerario, acuerdo, definición,
    carta, receta, concepto, teoría, profecía,
    regaño, lección, ejemplo, novela, acertijo,
    manual, sátira, consuelo, propuesta...
    Las palabras no se las lleva el viento,
    se vuelven sentimiento y sabiduría.
    Claro, además están el silencio y el olvido,
    que por supuesto, también merecen algunas líneas.

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  2. Gracias Anuar, has conseguido emocionarme con tus palabras.

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